Por algunas horas la sala de clases se transformó en una cocina para potenciar y ejercitar diferentes habilidades a través de la experiencia.
Antes de salir de vaciones de invierno los pequeños alumnos y alumnas del PKB tuvieron un entretenido taller de cocina para potenciar el aprendizaje a través del contacto y la experiencia. La cocina es un laboratorio donde el aprendizaje se realiza a través del ejercicio de diferentes habilidades. Medir, pesar, planificar, observar, seguir procedimientos, probar y utilizar los sentidos son todos aspectos que entran en juego al cocinar. En esta oportunidad prepararon unos ricos alfajores para compartir con sus familias.
A través de esta actividad los niños trabajan varias áreas, entre las que se destacan:
-Desarrollar los procesos lógicos (asociación, clasificación…)
-Desarrollar los procesos cognoscitivos (manipular, mezclar, separar…)
-Expresar su creatividad
Además, la cocina motiva a los niños al conocimiento, al trabajo y a una mejor valoración de si mismo.