La peregrinación se inició a las 11.00 horas, con bastante frío ambiente, y contó con tres estaciones. La primera se denominó “El Belén”, donde recordamos el nacimiento de Jesús y María se hizo esclava del Señor. La segunda estación, llamada “La cruz” recordó el momento en el que nuestra Buena Madre estuvo a los pies del Cristo crucificado, viendo el dolor de su hijo, que moría por la salvación del mundo. La tercera, “El altar”, donde María participa de la última cena en la institución de la Eucaristía.

La Comunidad Educativa arribó al Estadio Marista a la 12.00 horas, donde se encontraba preparado el altar, para dar inicio a la Eucaristía, que fue presidida por el Padre Felipe Lizama. Durante el ofertorio, nuestro Rector llevó al altar la estatuilla de la Buena Madre que durante el tiempo previo a la construcción acogerá las oraciones de nuestra Comunidad Educativa.

El Rincón Mariano es un hito en la celebración de nuestro Centenario. Representa la aspiración de tener en nuestro campo deportivo un lugar para vivir un rasgo característico de la Espiritualidad Marista: La devoción a María. Representa también nuestro deseo de fortalecer el Carisma Marista y a los valores que nos legó el Padre Champagnat.

Allí, los alumnos y alumnas que asisten a los encuentros con Cristo y a las jornadas de cursos, tendrán un lugar para realizar oración, para vivir momentos litúrgicos que los acerquen más a nuestra Buena Madre.
De esta manera, seguimos caminando en la celebración centenaria, con un sentido fuertemente evangelizador, sin caer en el activismo, y teniendo muy presente que nuestra Misión es Evangelizar por medio de la Educación.